viernes, 27 de enero de 2023

Obras resumidas

 



Todo se ha escrito, todo se ha dicho, todo se ha hecho,

oyó Dios que le decían y aún no había creado el mundo,

todavía no había nada.

Macedonio Fernández


Una mujer anota en su diario -entre otras locuras- su obsesión de encontrarse con una mujer en Budapest, que no es nadie más que ella misma.

La repetición obsesiva de un fin de semana en el litoral. Un hombre y su pareja viven en una quinta a la orilla del río. En el pueblo, alguien está matando caballos. Un amigo le pide al hombre que cuide al suyo. Nunca pasa nada.

Una especie de coming of age isabelino. El príncipe, cual detective, debe dilucidar la muerte del padre, luego de la aparición de su fantasma.

Las confesiones de un estilista travesti. Regenta un salón de belleza que, lentamente, se fue convirtiendo en un lugar donde mueren (y sólo mueren) personas, víctimas de una enfermedad sin nombre.

Las impresiones de un forastero que llega a un pueblo habitado por fantasmas, buscando a su padre, que nunca lo reconoció como hijo. A la par, la biografía del padre, tirano del pueblo fantasma.

Una historia hecha tan solo de fragmentos y citas. Sobrino y tío se mandan cartas, en las que se mezcla y mimetiza la historia argentina del siglo XIX y los años más oscuros de la historia argentina del siglo XX.

Una nena acompaña a una modista a la casa de una clienta. A medida que la modista confecciona el vestido, la nena nota que el dragón que lo decora estrangula a la clienta hasta lograr matarla. Esto le produce mucha risa.

Ni la muerte de su madre, ni las cosas que suceden a su alrededor parecieran importarle a un francés cualquiera de entreguerras. Hasta que el asesinato de un árabe y el exceso de haberle disparado a su cuerpo inerte, lo pone frente a la posibilidad de su muerte.

Un gaucho padece un mal: recuerda todo. Luego de caer de un caballo, queda postrado en su cama. El aburrimiento que le proporciona el ocio es tal que comienza a inventar otro lenguaje, uno que cree más preciso que el nuestro.

Un fray, perdido en la selva, es capturado por los nativos mayas. Con su conocimiento intenta salvarse de su sacrificio: quiere hacerles creer que sabe, dado que leyó a Aristóteles, cuándo se producirá un eclipse. Igual muere, porque los nativos, igual o más inteligentes que él, también lo sabían gracias a su calendario.

Dos hermanos viven en una casa antigua, tipo chorizo, que, con el pasar del tiempo, comienza a ser habitada por algo o alguien. Los hermanos se limitan a vivir en las partes no ocupadas de la casa, hasta que deciden irse.

Luego de una traición amorosa, una madre planea la venganza contra su esposo: la muerte de  sus propios hijos.

Una década de espera por un ascenso laboral con traslado a la capital en la vida de un funcionario americano a fines del siglo XVIII.

Alguien se despierta y se da cuenta que el dinosaurio seguía allí.

Dos momentos, mismo mes, diferente año: el mundial de 1978 y la vuelta de la democracia. Las peripecias de un soldado que cumple con lo que le es ordenado, guiado por la pregunta: ¿A partir de qué edad se puede empesar a torturar a un niño?

Un gaucho le relata a otro lo que ha visto en la ciudad: un hombre ha hecho un pacto con el diablo, vendiéndole su alma para obtener el amor de una mujer.

Un comerciante se despierta convertido en un monstruoso insecto. Lo único que le preocupa es su trabajo. Es maltratado por su familia hasta que finalmente muere.

Una orgía tremebunda, sádica e ilegible que termina siendo una alegoría de la situación social y política de la Argentina de los años ’60 y ’70.

El ultimo día en la vida de Leopoldo Lugones.

Mientras sus compañeros pelean y defienden, en unas islas, lo que el gobierno les ha hecho creer que es la patria, un grupo de soldados se esconde bajo tierra hasta que la guerra termine. Aunque finalmente es inútil.

La escueta descripción de una tortura del siglo XIX argentino: mientras suena música, tajear a la víctima; cuando la sangre brote, esperar a que el hombre se resbale; luego, una vez que la diversión cese, degollarlo.

Un hombre es procesado pero no arrestado. Inútilmente intenta descubrir por qué se lo ha procesado. Finalmente es asesinado, sin saber de qué se lo acusaba.

El mapa psíquico de un corredor de la bolsa en Nueva York, obsesionado con las prendas de marca y con asesinar en serie prostitutas, niños y compañeros de trabajo.

1536. Sitiados por los nativos, muchos muriendo por el hambre (se han comido ya todo tipo de carne, incluso la putrefacta), un ballestero decide comerse, cuando haga guardia, a los ahorcados que han desobedecido a los líderes. Caída la noche, entre él y los cadáveres se interpone uno de ellos. Lo asesina. Cuando comienza a comerlo se da cuenta que no era uno de sus líderes, sino su hermano. El ballestero busca muerte en manos de los nativos.

Francisco Freyre investiga clandestinamente la masacre perpetuada por un gobierno dictatorial antes de que se dictara la ley marcial, gracias a una vislumbre de esperanza cuando, en una noche asfixiante de verano, frente a un vaso de cerveza, un hombre le dice: Hay un fusilado que vive.

Dos hombres esperan a un tercero que nunca parece llegar.

Los años de formación de un chico que fracasa continuamente: como ladrón, como pirómano, como inventor para los militares, como suicida. Finalmente, al enterarse de que se llevará a cabo un robo, hace algo correcto, aunque condenable: delata al ladrón, su amigo de la infancia.

La recreación de lo que hubiera ocurrido si los nazis hubieran ganado la Segunda Guerra Mundial.

Un hombre lee con interés una novela de intriga y crimen, hasta que se da cuenta que él es la víctima.

Un gaucho manso, que ha formado una familia y es respetado por sus pares, es llevado por el camino del crimen, convirtiéndose en un cuchillero respetado. A diferencia del otro Gaucho, este muere como le ha tocado vivir: peleando contra las fuerzas de la ley.

Una chica porteña de clase media descubre que seres que habitan en nuestros sueños quieren infiltrarse en nuestro mundo. Queda en ella, sus poderes y en un tarotista que esto no ocurra.

Un jardinero, algo tonto, no conoce otro lugar que no sea el jardín de una casa. Cuando el dueño se muere, debe salir a la calle. Toda persona que lo conoce cree que es un genio por sus ideas: él solo repite las maneras de cuidar bien un jardín.

Un drama familiar. La peste azota a la ciudad. El rey, bastante obstinado, debe, según le ha dicho el oráculo, resolver un misterio resolver el misterio de quién ha asesinado al anterior rey. Sus pesquisas lo llevan a la conclusión fatal: él es el asesino del antiguo rey, su padre, y su esposa es, en realidad, su madre.

Luego de 3 supuestas noches de carnaval, un hombre despierta con la certeza de que ahí, en aquellas noches, hay una revelación, ahora perdida. Para recuperarla, intenta replicar el itinerario nocturno. Esa obsesión nubla el hecho final: esas noches serán sus últimas.

Una larga sesión de terapia en la que un hombre cuenta su frustrante relación con la madre y las mujeres.

Un muchacho de no más de 20 años asesina a 4 taxistas, sin razón aparente, durante una semana de septiembre en la Buenos Aires de 1982.

Las peripecias de una mujer durante el día en que va a escuchar por primera vez la voz de su infancia.

Un hombre llega, en la unánime noche, a unas ruinas. Allí comienza un trabajo imposible: crear a otro hombre a partir de sus sueños. Cuando lo logra, se da cuenta que él también es producto de un sueño.

lunes, 9 de enero de 2023

El amor anotado

a Florencia Fernández y Almendra Arteca



[1] Ordenando el nuevo estudio he encontrado dos cajas, que creía perdidas en la mudanza, con algunas carpetas, folios y papeles varios dentro. Muchos de ellos son cuadernos de viaje, hojas sueltas o dossiers de trabajo, escritos por otra Abril. Al releer este papel,a escrito en un momento particular de mi vida, noto la necesidad de hacer ciertas correcciones, ciertos señalamientos, aunque sean solo para mí. Alejada ya en el tiempo, siendo yo misma, quizá, otra, esos instantes de mi vida puestos en papel resultan menos un fiel reflejo que una ficción.b

a No logro encontrar clasificación para lo escrito dado que oscila entre la crónica, el relato y el ensayo.

b Estos apuntes, sin embargo, no intentan ser autobiográficos, no pretenden esclarecer hechos de mi identidad. (Aún siguen siendo ominosos.) He abandonado esas pretensiones. A medida que vuelvo a releer estas páginas, siento que mi identidad nunca ha cesado de desplazarse, en un inherente estado de perpetua mutación, como si no se aferrara nada, borrándose, volviéndose difusa.

[2] Incipit vita nuova: una nueva vida comienza. Dante afirma, en su primera obra, Vita nuova, que bajo este título están escritas las palabras laudatorias a su amada, Beatriz, quien había fallecido, según se dice, recientemente.

[3] Reformulé más de una vez esta extensa oración con el fin de que pueda captar la importancia conceptual del Sol en esta escena inicial. El Sol en la isla era un gran disco blanco que apenas se puede mirar. Una solo se lo puede imaginar como lo único existente, como si en esa nada circular se originara todo, y el mundo que percibimos es tan solo un agregado, un anexo, que se va creando a medida que lo percibimos.a

a Releyendo este pasaje noto que aún no puedo captar la importancia conceptual del Sol.

[4] Las razones por las cuales me encontraba en esa isla no parecen, ahora, tan confusas. No había, como escribí, renunciado a mi trabajo. Esa imagen de la persona que abandona todo para irse a un lugar exótico para encontrarse consigo misma solo es material literario, y rara vez se condice con la realidad (véase nota 15). De hecho, “las escapadas para desconectar”, financiadas con los ahorros, frutos del trabajo de todo un año (o más), son una especie de premio de consolación para la vida monótona.

Una escapada para desconectar, entonces, fue mi motivo para estar ahí, en una isla, con el calor y el Sol. No me iba a encontrar conmigo misma, aunque así lo quisiera en ese momento y lo haya intentado, y lo escrito durante esos días lo demuestra.a

a Este pequeño comentario resulta una divagación carente de fundamento: ¿qué es encontrarse con una misma? Como si se encontrara dentro nuestro alguien verdadero, definido y genuino, carente de toda impureza, que tiene que ser descubierto por aquella que vive engañada, alejada de si misma.

[5] Nombrar a la persona amada es imposible algunas veces: Beatriz es un nombre ficticio, la persona real se llama Francisca.

[6] Los recuerdos son fácilmente manipulables. La negación o la aceptación hace posible descubrir, o no, aquello que nos tajea e intentamos cada día reprimir. El pasado, muchas veces, parece mejor que el presente; sucede lo mismo, menos veces quizá, con el futuro. La imposibilidad de reconocer el presente hace que lo único que podamos reconocer es el pasado y, al reconocerlo, perdemos de vista el futuro, y viceversa. Lo importante es el presente. Inmediatamente cuando el presente se aclara, nuestros recuerdos sobre el pasado y nuestras expectativas sobre el futuro nos son restituidas.a

Francisca fue el amor de mi vida. No dudo de que fue mujer, como también yo fui la suya. La pérdida de su cariño y afectob hizo que todos los momentos juntas, incluso los peores, se tornaran algo irrecuperable. Era preferible sentir la más profunda angustia con ella que sin ella. Estos recuerdos escritos, que parecen ensoñaciones de novelas románticas, han sido tergiversados por la otra Abril.

a Reconozco en estas líneas, luego de releerlas, algo que T.S. Eliot escribió en Four Quartets: We had the experience but missed the meaning, an approach to the meaning restores the experience. La similitud no fue intencional.

b El afecto y el cariño son síntomas del amor por el otro. No porque estos desaparezcan significa que el amor haya desaparecido, de la misma manera que una no deja de tener fiebre porque le hayan bajado unos grados. El amor no debe morir súbitamente, sino por pequeñas y sucesivas muertes.

[7] Los tintes fantásticos del escrito se podrían asociar a la angustia que intenta ser comunicada mediante símbolos (véase nota 12).a

aToda historia de amor es historia de fantasmas” (¿David Foster Wallace?)

[8] Esta larga descripción es de la película Midnight in Paris (2011), de Woody Allen.

[9] Los motivos de la ruptura no pueden ser tan claros, ni tampoco tan violentos. No podría decir, incluso ahora, después de tanto tiempo, la razón específica. Más importante aún: no puedo determinar con seguridad cuando se dio la ruptura. La separación, la discusión, ese pequeño cierre que no es tal (ya que inevitablemente habrá encuentros posteriores), es una cosa; la ruptura se da o antes o después de la separación. Es un momento imperceptible y único en el residen los errores, las decisiones, conscientes o inconscientes, que debieron haber torcido, resquebrajado, el marco y el cristal en el que se disponía todo lo pudo haber sido.

[10] Este párrafo debe ser el único que intenta racionalizar los sentimientos.

[11] El sueño, ahora, lo recuerdo diferente. Me aventuré a la noche, como escribí, en las playas. Camine por la costa, a oscuras, con la luna como único reflector. Llegué a una playa extensa, donde había una gran carpa, similares a las de un circo, violeta y roja, iluminada por unas fogatas. Lo diferente es que yo no entré a la carpa. Me quedé quieta, tomando distancia. Desde el centro mismo, se empezó a incendiar. A medida que lo hacía se fue descubriendo el cuerpo de una señora, una señora de sonrisa maliciosa. Las palabras, dichas en un susurro, fueron las mismas.

[12] Al encontrarme invadida por una profunda melancolía, sufrí durante toda mi estadía en la isla la imposibilidad de emitir palabras. Sentía –siento-a una abrumadora sensación de que no podía revelarle al otro lo que significan ciertas angustias, ciertas felicidades. No recuerdo haber cruzado siquiera una sola palabra con el personal de la posada, ni con la gente en la playa. Además, aunque hubiese hablado, los otros no hubieran entendido mi idioma.

a El hecho de mudarme a esta casa, en la costa vacía, frente al mar, es tan solo una de las consecuencias de que sienta que la experiencia es intransferible.

[13] Lo único que nos queda del pasado son los comentarios que podemos hacerle.

[14] “And true love waits
In haunted attics”
Radiohead

[15] Momento de transpapelación: la escena es similar a las que uno encuentra en las películas románticas estadounidenses. La casualidad en la que se cruzan dos hechos, figuras, etc. que termina generando una interpretación asociada a fuerzas o energías que uno desconoce pero que cree reales (el destino en este caso). Por momentos, la realidad parece ficcionalizarse pero no es así. Las escenas ficcionales típicas son la reelaboración de escenas de la realidad, que rara vez se condicen con esta. No es la ficción la que entra en la realidad, sino la realidad que entra en la ficción, pasando por un mecanismo indescriptible de lógicas imaginativas e inventivas. En cierta medida, la ficción es una manera de conocimiento, siempre perturbado por las palabras.

[16] El camino, quizá, es el inverso: no se encuentra el sentido del futuro revolviendo el pasado, sino que revolviendo el futuro deseado (¿por quién o quiénes?) se encuentra el sentido del pasado. El futuro es lo no dicho.a

a Esto podría contradecir la nota 6.

[17] La luna, acá, en esta casa, frente al mar, baña con un tenue blanco todo de la misma manera que allá. Cuando camino por las noches en la costa, mientras las olas se arriman a la arena húmeda y se retraen, dejando una estela blanca de espuma que delimita su alcance, siento que me encuentro allá; como si hubiera abierto una puerta invisible que, atravesando el pasillo del tiempo, conecta con la otra playa, las otras olas, la otra luna, la otra Abril. Una Abril diferente pero que, inevitablemente, se roza con esta que ahora escribe. Y aunque sé que no estoy ahí, que todo aquello es irrecuperable y que tan solo vive en mí como la imagen de algo extinto, todo, incluso lo que no percibo, se siente mucho más real que el presente.